¡Cómo me gustaría!.

¡Cómo me gustaría adelgazar! ¡Cómo quisiera recibirme! ¡Cómo me gustaría que mis compañeros conozcan a Cristo! ¡Me encantaría poder influenciar en el arte con el Reino de Dios! Está todo muy lindo, pero esas frases no son solo más que eso, simples frases y expresiones de deseos. Aunque muy diferente sería si a esas expresiones de deseo le aplicamos el ingrediente restante, la ACCIÓN.

Muchas veces los jóvenes cristianos nos parecemos a ese flaco pura espuma que le vivía diciendo a su novia de una manera muy romántica: “Mi amor, por vos cruzaría ríos y mares. Amada, por vos escalaría la montaña más alta, y por vos atravesaría el valle más oscuro… ah, me olvidaba, si esta noche llueve… no me esperes”.

Alguna vez alguien dijo: “La pasión no tiene tanto que ver con lo que decimos, sino con lo que hacemos”. Podes decir todo el tiempo: “Estoy apasionado, estoy apasionado”, pero si no hacés nada para demostrarlo, no sirve para nada. Cuando estás apasionado de verdad, hacés cosas locas por la otra persona que amas. Cuando estás apasionado de verdad hacés cosas locas por Dios, porque la pasión te lleva a la acción.

Leyendo una vez un libro de Mariano Grondona ( Guauu! Qué intelectuaaal) decía algo muy interesante: Que existen dos tipos de personas optimistas, dos clases de optimismo. Uno es el PASIVO, y es aquel que cree que las cosas van a cambiar, pero espera que un tercero haga para que cambie. Ejemplo: “Yo creo que mi ciudad va a cambiar, pero cuando venga Annacondia o Cash Luna y hagan una cruzada de milagros”. Es optimista, pero espera el cambio de manera pasiva. La segunda clase de optimismo es el ACTIVO, y es aquél que hace para cambiar. Es aquél que dice: “Annacondia no puede, ni va a venir a mi colegio, por eso yo voy a ser ese Annacondia que están necesitando mis compañeros para conocer del amor de Cristo”.

Hechos 13:36 dice: “Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios…”. David sirvió a su generación. En otras palabras David fue ÚTIL para su generación, Dios se valió de la vida de David para poder bendecir a toda una generación, fue una herramienta dispuesta a ser usada por el Señor para la transformación de toda una nación.

Muchos en esta vida nacen y mueren sin haber dejado ninguna huella a su propia generación. Sin haber cumplido con su propósito establecido.
Yo quiero que sepas que uno hace historia y sirve a su generación por cosas concretas, no solamente por tener deseos. “Me gustaría poder ser astronauta”… NOOO!! Vos servís a tu generación y vas a ser recordado a partir del momento que pises la luna.

Tenemos dos opciones: seguir quedándonos sentados en la misma butaca cómoda, anatómica y confortable de nuestra congregación y diciéndole a Dios cuánto lo amamos mientras escuchamos un tema romántico de Jesús Adrian Romero que nos hace llorar, o levantarnos y demostrar con nuestro accionar todo lo que verdaderamente sentimos por nuestro Amado.

Si accionamos esa pasión que llevamos dentro por Dios podemos llegar a hacer un desastre, una revolución en nuestras ciudades y naciones. Sino observemos los hinchas de fútbol, unos pocos hacen una revolución, porque están decididos a hacer cualquier cosa por su pasión. ¿Cuánto más nosotros no vamos a hacer por nuestra Pasión? ¿Cuánto más grande es nuestro Dios que un club de fútbol?
¿Qué es lo que tenés que hacer? ¿En qué debes actuar? ¿Qué debes activar? Hay toda una generación que te está esperando…

Pablo Carlini
Jóvenes · SDF®